En caso de las madres; se ponen delante
de la caja tonta a comer galletas y a ver telenovelas, en caso de los
padres; se ponen delante de la otra caja tonta a la que todos
llamamos ordenador, notebook, portátil, quita-atenciones(vale, eso
es mío), y un largo etc. Al menos, eso pasa en mi caso.
En fin, que vuelvo a la misma rutina de
nuevo, con mis amigos a los que no he visto en todo el verano, y
sobre los que no se cuál se ha cortado el flequillo, cuál se ha
puesto quemado, cuál se ha cambiado de banda urbana, infinitas
ideas...
En cambio, yo, sigo aquí, sentada en
la silla de mi habitación escribiendo esto, y haciéndome la idea de
cuánto será horrible el primer día de instituto,
de la escala del
uno al diez.
Sinceramente tengo miedo, con eso lo
digo todo, tengo miedo a los profesores NUEVOS que me van a tocar, ya
que gracias al gobierno de Rajoy y a lo que hizo Zapatero, muchos profesores BUENOS Y AMABLES,
vamos, de los que solo al escucharlos explicar las cosas, todo se te
pone tan claro y te dan ganas de SER MÉDICA, se van a tener que ir,
por no tener un plaza fija, o porque los han despedido, es una
auténtica tragedia(no sé si lo de despedir era verdad, pero me
gusta decirlo para que suene más dramático). Esos amigos canis que
tienes que te ponen de mal humor solo al verlos, estarán ahí, es
tan raro volver del verano... no solo el lunes que viene, si no que
todos los años, da igual que estés en 2º de la ESO o en 2º de
Primaria, todo es tan aventurero, por decirlo así.
Bueno, al menos quedan las vacaciones
de Navidad, que, realmente, son las que más me gustan, y sí, antes
que las del verano. ¿Por qué? Porque sí, no tiene explicación.
Se acabó irse a la cama a las 2 y
media o más y despertarse a las 11 y pico o más, se acabaron esos
momentos de vaguería en los que te tirabas en la cama y te ponías a
reflexionar, bueno, veranito, hasta que vengas otra vez...
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